Punto de partida de un cuidado integral
Nuestra boca es considerada una ventana a la salud: refleja tanto el bienestar como el malestar. En este sentido, resulta de suma importancia prestarle atención y cuidarla. Las consecuencias que nos puede generar una mala higiene bucal pueden ser mayores que un simple dolor de muela, ya que nuestro organismo está formado por distintos subsistemas interrelacionados y todo lo que sucede en esta puerta de entrada, tiene un impacto directo en el resto del cuerpo.
Es sabido que, esta zona alberga gran cantidad de bacterias relacionadas con dolencias como caries y algunas enfermedades sistémicas que afectan nuestra salud general. En ocasiones, el crecimiento y reproducción de estas se vuelve incontrolable llegando a generar infecciones que pueden propagarse hacia otros órganos.
Las consecuencias de una higiene deficiente
En lo que refiere al descuido de la limpieza bucal, pueden contraerse diversas afecciones. Uno de los problemas más frecuentes que podemos llegar a enfrentar, en estos casos, son las enfermedades periodontales, es decir aquellas que afectan a los tejidos del periodonto o encías -como por ejemplo la gingivitis-. Estas, además de poder llegar a causar la perdida de los dientes, en mujeres embarazadas puede causar hasta partos prematuros y, en peores escenarios, pueden evolucionar en una diabetes.
Por otro lado, las bacterias alojadas en las encías, muelas y la lengua, suelen liberar componentes tóxicos que son perjudiciales para nuestro cuerpo. En ciertos casos, se relaciona incluso, con la artritis o diversos problemas cardíacos, tales como un infarto del tejido.
Otro de los riesgos de la higiene deficiente, es la mayor probabilidad de sufrir un ACV. Se estima que aquellas personas que sufren de enfermedades periodontales -o periodontitis- tienen el doble de probabilidad de padecer este accidente cerebrovascular.
¿Cómo sucede esto? La periodontitis provoca que se segreguen sustancias propias de una reacción inflamatoria y hace que para aquellas personas que sufren de arterosclerosis, por ejemplo, sus placas de colesterol viajen por el torrente sanguíneo hacia el cerebro. Esto podría generar un ACV debido a la obstrucción de una arteria cerebral.
Los aliados del cuidado bucal
En conclusión, proteger y limpiar nuestra boca es la solución para una atención integral de nuestro cuerpo. Cepillar los dientes 3 veces al día con un cepillo eficiente es clave para lograr este cometido. Visitar al odontólogo periódicamente y prevenir problemas es otro camino fundamental para seguir.
Es necesario recordar, además, que se debe cambiar el cepillo cada 3 meses o luego de una enfermedad respiratoria o infecciosa como la gripe. Asimismo, generar el hábito de una correcta higiene interdental sin lastimar las encías, para limpiar donde el cepillo no puede llegar. Por eso GUM, dispone de innumerables propuestas que también incluyen Soft-Picks, Proxabrush y Flossers. Incorporar estos productos aliados, es el inicio, no solo del bienestar de nuestra boca, sino también, de todo nuestro organismo.